La primera exposición del escritor y crítico cinematográfico se adentra en la intimidad callejera para desnudar las emociones más humanas.
Del 2 al 15 de junio en el Centro Cívico «Bailarín Vicente Escudero» de Valladolid, y en diciembre en el Centro Cívico «Delicias».
Por Ehab Soltan
HoyLunes – Hay quienes retratan lo visible. Otros, como Jorge Alonso Curiel, se aventuran a capturar lo que apenas se sostiene: la ausencia. En su primera exposición fotográfica, titulada «Ausentes«, Curiel detiene el tiempo para mostrarnos el temblor invisible de quienes habitan la calle con el corazón a la intemperie. Son figuras solitarias, ensimismadas, frágiles, que deambulan entre contrastes como si buscaran sin encontrar. Como si amaran sin ser amadas. Como si vivieran sin estar del todo presentes.
«Refleja muchos de los temas que me interesan y que reflejo en mi literatura», asegura el vallisoletano Jorge Alonso Curiel (1975), cuya obra escrita se ha consolidado como un refugio para quienes no encajan en los moldes prefabricados del mundo. Este debut visual no es un salto casual, sino un “debut esperado y querido”, como lo define él mismo, pues la fotografía ha sido siempre “otra de mis pasiones, o de mis vocaciones”, junto a la literatura y el cine.

Aunque el deseo nació en la adolescencia, en paralelo a su decisión de ser escritor y crítico cinematográfico, no fue hasta los cuarenta cuando la fotografía dejó de ser una inquietud dormida y se convirtió en una necesidad vital: “A partir de entonces, no he dejado de estudiar, de aprender de otros autores, de hacer muchas fotos, de encontrar mi propio camino”.
La muestra reúne 28 fotografías, de las cuales 25 son en blanco y negro y solo tres en color. Una decisión estética que acentúa la introspección de las escenas: casi todas son callejeras, intensas, marcadas por el contraste entre luz y sombra. Cada imagen es una pequeña historia detenida, una reflexión en silencio sobre algunos de los temas recurrentes en su literatura: la soledad, la incomunicación, el amor y el desamor, la búsqueda de un refugio, la desorientación vital, la inadaptación y la necesidad urgente de amar y ser amado.

«Se trata de seres ‘ausentes’, ensimismados, en crisis, que viven en su universo particular repleto de tensión y búsqueda», explica Curiel. Su objetivo no es mostrar belleza sino provocar una sacudida emocional, despertar preguntas, agitar al espectador desde lo más íntimo: «Lo que más me interesa es no dejar indiferente al espectador».
Las influencias están ahí, pero no se imitan: se respiran. Vivian Maier, Bill Brandt, Sebastiao Salgado, el crudo blanco y negro japonés de Moriyama y del grupo Provoke. «Me interesa la fotografía íntimamente ligada con la vida, que huele a vida. Que refleje la complejidad del ser humano y del mundo que nos rodea», afirma.

La exposición podrá visitarse del 2 al 15 de junio en el «Centro Cívico ‘Bailarín Vicente Escudero’ de Valladolid», en horario de lunes a viernes de 8:30 a 14:30 h y de 16:00 a 21:30 h, y los sábados de 10:00 a 14:00 h y de 17:00 a 20:00 h. También se expondrá entre el 1 y el 16 de diciembre en el Centro Cívico «Delicias» de la misma ciudad.
Licenciado en Filología Hispánica, Jorge Alonso Curiel fue distinguido con la Mención de Honor ‘Rosa Chacel’ 2021 que reconoce la trayectoria narrativa de autores vallisoletanos. Ha publicado catorce libros en géneros diversos, entre los que destacan el poemario «Las manos del sueño» (Ed. Vitruvio, 2020), la novela negra «El alumno inquietante» (Apache Libros, 2021) y la novela «El avión de los inocentes» (Platero Coolbooks, 2023). Creador del Certamen Internacional de Microrrelato que lleva su nombre, es además miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) y autor del espacio de entrevistas «Tramo Señalizado».

«Ausentes» es un grito visual que confirma que la mirada de Jorge Alonso Curiel se multiplica. Que sigue preguntándose, una y otra vez, cómo mirar el mundo… y cómo no apartar la vista.
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